En el campo, mi hermana, también tenía un huerto. Allí trabajaban y sacaban buenas cosechas, ella y su marido Manolo. A él le dediqué este poema. Lo he utilizado en clase para trabajar, cómo no, el huerto. Desgraciadamente no hay huertos en todos los coles pero sí en en el último en el que he estado. Aunque no la recitamos con gestos, al final del poema mueven las melenas como "posesos y posesas", les queda muy natural, ja, ja, ja. Saqué una versión coeducativa, por eso de que no siempre es el hombre el que realiza las labores más duras... ¡ya saben!
Pd.: Miguel "clavó" a Manolo, ¿eh?
Jo, que poema más bonito. Pero observo con pena que el blog no está actualizado más a menudo. Supongo que es por falta de tiempo, que no de imaginación, ¿a que sí?
ResponderEliminarY además, ¡es que es el puñetero huerto del campo, ¿eh?..joooooo, ¡¡¡qué bonito!!!
ResponderEliminar(eso, a ver si me sacas a mí arando, ;)